Este
es un libro que le recomendaría sin dudarlo a mi padre. Fue él
quien me enseñó, hace años, a buscar setas en el bosque. Recuerdo
que me hablaba emocionado de las setas de cardo, de las que crecían
en los pinos o de los níscalos -que preparaba de una manera tan
sencilla como deliciosa. Ahora mi padre ya no sale al campo, no irá
a buscar setas -por prescripción facultativa-, quizá con suerte
pueda enseñarle las fotografías que aparecen en ‘La buscadora de
setas’ (Maeva ediciones) y verle sonreír o asentir con la cabeza
si reconoce alguna.
De
alguna manera este libro no solo me ha evocado mi juventud con
emoción, también creo que era en parte el propósito de su autora.
Long Litt Woon lo escribió tras una pérdida, la de su marido, Eiolf
Olsen. Nacida en Malasia, en 1958, se fue a Noruega como estudiante
de intercambio donde conoció a Eiolf. Se casó y creó un hogar. Un
día su mundo cambió, de repente. La muerte inesperada de su marido
hizo que Litt Woon tuviera que afrontar un proceso de duelo en
búsqueda de respuestas en un viaje personal de autoconocimiento y
superación del dolor. Y las setas aparecieron en él. Se unió a
Los Recolectores de Setas, un grupo que se dedica a su estudio y
recolección.
Con
el tiempo, Litt Woon se ha convertido en una experta en setas y,
también con el tiempo, decidió escribir este libro de memorias en
el que nos muestra las setas no solo como un alimento selecto y, a
veces, como un peligroso veneno; también nos explica su historia y
su importancia cultural.
Como
señalé, en el libro encontraremos fotografías a color, también un
decálogo para principiantes, un valiosísimo glosario con nombres
vulgares y académicos de un centenar de setas, así como su valor
gastronómico. Hayaremos multitud de curiosidades, desde algunas
recetas para cocinar setas -más allá de freírlas con aceite-, a un
capítulo muy ‘sociológico’ en el que recoge, además de
testimonios de consumidores de setas alucinógenas, una tabla con los
distintos ‘niveles de viajes’.
Recuerdo
que mi padre me advirtió un día de una seta con aspecto sospechoso.
Él tenía su truquillo, decía, para saber si una seta era o no
venenosa. No me fié entonces de ese método y, tras leer el capítulo
‘Cincuenta variedades de veneno’, ahora tampoco, aunque
descubriremos que no es tan fiero el león como lo pintan.
Confío
en que este libro despierte la curiosidad entre quienes busquen una
historia de superación personal, una historia real, tanto como entre
quienes se acerquen con interés micológico. Creo que unos y otros
saldrán contentos de su lectura.
Long
Litt Woon, en cuyo nombre chino "Long" corresponde a su
apellido, y "Litt Woon" a su nombre, es antropóloga y
experta en setas. Actualmente vive en Oslo. Con este libro ha
obtenido gran repercusión, tanto por parte de los medios como de los
editores internacionales.
Interés micológico, poquito, lo reconozco, pero la parte de superación personal sí me atrae, así que tomo buena nota.
ResponderEliminarBEsotes!!!