Con tono confesional, casi a modo de diario, la periodista Mara Torres nos presenta en su novela La vida imaginaria, a Fortunata Fortuna. El nombre, como Mata Torres (y la propia Nata confiesa en la novela) alude al personaje de Fortunata de Pérez Galdós. Un guiño del que no escapa el lector de la novela al ir conociendo capítulo a capítulo a la Nata desenamorada, enamorada o sencillamente consciente de que la vida imaginada también forma parte de la vida diaria. De lectura rápida, empatiza desde un primer momento con el lector tocándole los resortes internos más tópicos desde el amor, la desesperanza, el reencuentro o el valor de la amistad en los malos momentos. Los secundarios al personaje de Fortunata quizá se deslizan tan rápidos como las páginas de la novela sin oportunidad de encariñarnos con ellos, o de conocer mejor a Nata. Las contradicciones de Nata en su yo femenino creo que se resumen en una frase: ‘Eso es lo que me gusta de Mauro, que le da a las cosas la importancia justa. No como yo’.
Mara Torres (Madrid, 1974) es periodista, escritora, locutora de radio y presentadora de televisión. Licenciada en Periodismo, ha publicado varios relatos en distintos medios así como los libros: "Hablar por hablar. Historias de Madrugada" (2004), o "Sin ti. Cuatro miradas desde la ausencia" (2006), finalista en el IV Premio Setenil al Mejor Libro de Relatos publicado en España. Con ‘La vida imaginaria’, su primera novela, ha sido finalista del Premio Planeta 2012.
Por Ginés Vera.
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