‘Aguilar. Historia de una editorial’, es fruto de un intenso y riguroso trabajo de documentación, -el libro consta de 312 páginas, profusamente ilustrado con cerca de 600 imágenes a todo color-, siete años de dedicación, la pregunta es casi obligada ¿Cómo surgió la idea de escribirlo?
Como explico en la introducción, cuando comencé a trabajar con mi padre en su librería, noté que ciertas colecciones despertaban un gran interés entre los coleccionistas a la par que una curiosidad por saber los títulos publicados, las rarezas, los formatos, etc. Me di cuenta del gran vacío que presentaban por aquel entonces las colecciones y así fue como empecé a preguntar a los coleccionistas y a tomar notas de los ejemplares. En 2006 publiqué mi primer artículo dedicado a los crisolines y, tras la buena acogida, pensé en hacer lo mismo con el resto de las colecciones. Prácticamente lo que te acabo de contar se refiere a la segunda parte del libro, ya que mientras la preparaba, para encontrar el sentido a toda la producción literaria, me decidí a indagar en la persona que había hecho posible estas ediciones. La idea inicial consistía en una serie de listados y una reseña biográfica sobre Manuel Aguilar y su editorial, junto con una pequeña explicación de su fondo, pero a finales de 2009 llegó José Luis Sánchez de Vivar, compañero de profesión, y al hablarle de mi proyecto decidió involucrarse conmigo. El resultado ha sido este amplio estudio histórico-bibliográfico.
El prólogo corre a cargo de erudito, bibliófilo y poeta Luis Alberto de Cuenca que indica: “…largamente esperado por los bibliómanos y coleccionistas de las series literarias en papel biblia.” ¿Es una obra de culto? ¿A quién está dirigido este libro?
Aún es pronto para decir que el libro se ha convertido en una obra de culto, pero si me ha llamado la atención que muchos coleccionistas me han comprado dos ejemplares, uno en edición en tapa dura al cromo para leer y consultar y, el otro, la edición numerada en tela estampada, para guardar en sus bibliotecas como objeto de coleccionismo. Incluso un compañero me llamó para felicitarme utilizando el comentario de: “María José, a partir de ahora, tu libro es el Palau (manual de referencia de los libreros anticuarios) de los Aguilares. Curiosamente, tengo un grupo en Facebook sobre el libro y hoy, uno de los seguidores ha publicado lo contento que estaba por ser el primer colombiano en recibirlo. Cruzaremos los dedos para que se mantenga la expectación.
En cuanto a la segunda pregunta, aunque en un principio puede parecer que la obra va dirigida a los coleccionistas de las ediciones literarias publicadas en papel biblia, pienso que el libro es mucho más que eso. Puesto que yo misma decidí editarlo, conté con Javier García del Olmo para su diseño y el resultado ha sido un libro para ver y leer. La edición contiene más de 600 ilustraciones en color, no sólo de las colecciones mencionadas, sino que hago un recorrido mostrando toda la extensa producción editorial desde 1923 hasta 1986. También es importante señalar que toda la parte histórica y biográfica se acompaña de numerosas fotografías inéditas, en la mayoría de los casos facilitadas por familiares y coleccionistas, además de incluir documentos depositados en el Archivo de Villa de Madrid, Archivo General de la Administración, Centro Documental de la Memoria Histórica y el Museo del Libro Editor Manuel Aguilar, entre otros. Este aporte histórico lo convierte en un libro apetecible que pretende llegar a todo tipo de público, desde el bibliófilo más exquisito (existe una tirada limitada que se agotó en una hora), hasta los curiosos por leer un libro diferente.
¿Qué reto personal ha supuesto ‘Aguilar. Historia de una editorial’ una vez editado, en lo tocante a la distribución y promoción? ¿Solo está a la venta en Madrid, en la Librería del Prado?
Ha supuesto convertirme en mi propia distribuidora para tener un precio competitivo en el mercado ya que el formato que elegí para su diseño y las calidades de impresión, elevaron el coste del libro. Afortunadamente, el tener la librería y vender en distintos portales de internet, facilita las cosas. También algunos compañeros me están comprando ejemplares para ofrecérselos a sus clientes. Además, antes de que se publicara el libro tenía numerosas solicitudes de coleccionistas y clientes que lo querían en firme. Gracias a todo esto, creo que el arranque ha sido bastante bueno.
Respecto a la promoción, voy poco a poco. Están empezando a aparecer las primeras reseñas y estas, afortunadamente, están siendo muy positivas. Ahora quiero contactar con diferentes portales de libros para enviarles la información por si les apetece incluirla en sus páginas. También he creado un blog (www.antiguaeditorialaguilar.es) cuya finalidad no es sólo la venta del libro. Aquí incluyo artículos temáticos para que uno se haga a la idea de lo que puede encontrar en el libro. Y de paso, si le gusta, lo compre. En breve, el blog se convertirá en un espacio abierto que contará con aportaciones de estudiosos y coleccionistas. Yo sólo he abierto la puerta para que entre todos recuperemos la historia de una de las más grandes editoriales españolas. No deja de llamarme la atención, que una de las primeras ventas fue a un señor que había recibido el enlace de mi blog por whatsApp y se presentó en la librería preguntando por el libro.
Encontramos en el libro las múltiples vicisitudes que don Manuel Aguilar tuvo que superar a lo largo de los años, algunas tan arduas como la Guerra Civil, según leo: “A finales de 1936, su empresa fue incautada por la CNT, pasando a convertirse en un mero empleado. Con la editorial desmantelada, la imprenta ocupada y los libros almacenados, Aguilar decidió iniciar su faceta de librero.” También ahora la crisis aprieta a las editoriales, pero supongo que nada como aquello.
Es evidente que hoy en día todo está muy complicado, tanto para las editoriales como para las librerías. El sector del libro moderno lo desconozco ya que nosotros nos dedicamos al libro antiguo. Respecto a la edición, el crear mi propio proyecto ha sido todo un reto. Pensé que si iba a hacer un libro sobre uno de los mejores editores, el libro tenía que estar a su altura. Algunas editoriales mostraron su interés por publicarlo, pero es evidente, que sus propuestas consistían en formatos más modestos con pocas ilustraciones. Por eso, decidí apostar por ofrecer una edición más cuidada.
Otro apunte histórico llamativo es lo del papel biblia, o ‘papel fumadero’: “El fin de la guerra supuso un nuevo reto.” (…) “En una época en la que las restricciones de papel dificultaban la impresión de libros, Manuel Aguilar apostó por el papel biblia, papel que no tenía restricciones…” En época de crisis hay que agudizar el ingenio, ¿fue una apuesta arriesgada que salió bien?
Por supuesto, la prueba está en que muchas editoriales de la época se lanzaron a imitar su idea, pero él jugaba con ventaja debido a que las primeras ediciones se remontaban a 1928. Como diríamos hoy el día, ya tenía los deberes hechos cuando llegaron los demás. Si, trataron de imitarle, pero no le superaron.
Se comenta mucho el poder de las editoriales de crear tendencias, de dirigir los gustos de los lectores, fijar modas (sagas vampíricas, guerra civil, thrillers nórdicos, etc.), leo así algo curioso:
“Hasta la llegada de la guerra, el fondo editorial de esta primera época se caracterizó por dos claras vertientes: las colecciones basadas en traducciones de obras precedidas por el éxito fuera de nuestras fronteras; y los títulos divulgativos, enfocados hacia un lector más especializado.” Y también que Don Manuel Aguilar “nunca fue partidario de la publicación de novelas modernas, por lo que se permitió el lujo de rechazar la publicación en castellano del gran best-seller del momento: Lo que el viento se llevó.” ¿Cómo encaja esto en lo que comentaba de las tendencias de las grandes editoriales?
En su época, Manuel Aguilar fue todo un visionario. Si, se convirtió en editor, publicó numerosas colecciones, pero para eso, antes fue un gran lector, además de formarse como distribuidor de libros. Siempre estuvo atento al gusto de los lectores y a los temas de interés. Si una colección no tenía el éxito esperado, dejaba el proyecto para lanzarse a uno nuevo. Para él, lo importante era tener ideas.
¿Qué opinas de la creciente aparición de editoriales de autoedición? ¿Y de que a través de Amazon-KDP cualquiera pueda tener su libro en el mercado editorial sin necesidad de pasar por una editorial?
Son temas que desconozco ya que mi dedicación profesional en el mundo del libro gira en torno a las ediciones antiguas y el coleccionismo, y no estoy al tanto de las autoediciones. En mi caso, me ha movido el sueño de hacer mi propio libro.
Muchas gracias y mucha suerte María José.
Para más información podéis dirigíos a su blog (www.antiguaeditorialaguilar.es) o a la librería, Librería del Prado sita en c/ Prado, 5 28014 Madrid.
Por Ginés Vera.
Es curiosa la entrevista. Nunca había leído nada sobre un libro que tratara sobre una editorial.
ResponderEliminarMuy interesante, como siempre.
Salu2
La verdad es que si tengo libros en casa de esta editorial, muy 'viejitos', me fascina cómo el editor tuvo que hacer frente a las peripecias de tiempos tan malos. Gracias por tu visita y comentario Pandora. Un saludo.
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