Feliz día de las bibliotecas.
Cuéntame algo de ti como escritor, ¿cómo empezaste?
Empecé escribiendo relatos cortos,
me presenté a concursos y un día pensé en dar el salto a la novela. Cuando
acabé se la dejé leer a un par de personas, les gustó y pensé en hacer algo con
ella. Tanto tiempo escribiéndola no quería que se quedase en un cajón
tampoco. Me tiré por la opción ésta que
me salió bien pero me podía haber salido mal.
Esa es la siguiente cuestión, la verdadera historia de tu libro ¿cómo
empezó todo?
Recién escrita no me plantee que
hacer, la escribí y ya está. Luego sí, miré en editoriales pero era caro. Al
final me hablaron de una empresa en Sevilla a la que pedí 300 ejemplares. Pensé
que dejar los libros en librerías así, tal cual, no se verían; que se quedarían
en cualquier rincón. Me decidí a publicitarlo yo mismo. Hice miles de
marcapáginas que daba a la gente que se acercaban a la puerta de las librerías que
me dejaron estar con una mesa y mis libros.
La idea era que si a la gente le gustaba pues bien sino pues nada. Me
apoyé mucho en las redes sociales. Con el dinero de los 300 pedí otros 300 y
así, sucesivamente llegué a vender 3000.
Les peí a la FNAC de Valencia la
oportunidad de estar un dia y me dijeron que si. Fue un sábado, me fue bien y
me dijeron de repetir. También estuve en alguna feria del libro pequeña, incluso
en una librería de Ciudad Real. Llegué a la Casa del Libro que me dijo de
probar y al publicarse aquí que es de Espasa, también pude aparecer en la web. La
gente entraba dejando su opinión e hizo que los de la editorial se fijaran en mí
y me llamaran para firmar contrato.
¿Qué tal se portaron contigo en la editorial? ¿Te impusieron alguna
obligación?
No, se portan muy bien. Durante
dos semanas estuve con ellos de presentaciones. Luego descansé un poco
aprovechando porque fui papá. Lo único que me dijeron de cambiar fue la portada
por temas de marketing pero del contenido nada.
Eso es interesante porque viendo el título tan largo, sin nada de “ángel”
o “sangre”, ¿cómo se te ocurrió?
Pensé en muchos títulos y al
final lo dejé en este aunque fuera largo, como me dijo también alguien en
Castellón ya que el motor del libro era el bolígrafo de gel.
¿Has sido en alguna época dj?, porque alguien me comentó algo así y por
ello tu popularidad.
Yo dj, qué va (rie). Me ponía con mi mesa, echándole mucho
morro y pasando mucha vergüenza. Había días que llegaba a casa sin ganas de
seguir, después de vender diez libros tras estar todo el día allí de pie.
Leí en tu web lo de que tu madre llevaba tu libro al mercado para
promocionarte.
No se lo pedí, (rie) se lo leyó
le encantó… cuando salía lo llevaba en su bolso. A la gente que conocía o
comprando se lo comentaba, a la gente que le gustaba leer. Mucha gente conoció
mi libro así.
Esta experiencia te la guardarás con cariño.
Si porque allí donde voy hablo no
solo de mi libro sino de qué hacer para publicar, de las alternativas, de las
plataformas digitales, de todo el trabajo que tiene un libro.
Alguna anécdota interesante o graciosa.
Me confundían a veces con
repartidores de publicidad. No quiero nada de propaganda, decían. Les chocaba
muchísimo verme en la puerta de una librería con una mesa, no pensaban que lo
había escrito yo. Muchos se quedaban a cuadros, miraban la foto de la solapa
para comprobarlo.
Muchas gracias y mucha suerte, Eloy.
Por Ginés J. Vera.
(En la foto con Eloy Moreno y la también escritora Miriam Alonso)
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