Pemón Bouzas (Santiago de Compostela, 1957)
trabaja en la TVG donde ha presentado y dirigido numerosos programas y
documentales. Ha publicado de las novelas ‘El informe Manila’ (2005) y ‘Las
luces del Norte’ (2008), siendo autor también de ‘100 cosas que hacer en
Galicia’ (2010) y junto a X. A. Domelo ‘Mitos, ritos y leyendas de Galicia’
(2000) y ‘Santiago de Compostela, y después de abrazar al santo ¿qué?’ (2004).
En 2013 ganó el LX Premio Ateneo de Ciudad de Valladolid con La voz del viento,
novela por la que le preguntamos en esta entrevista.
Enhorabuena por el Premio Ateneo de
Valladolid, segundo más antiguo después del Nadal. Debe de ser especial recibir
un premio así.
Especial es el
premio en sí, pero sobretodo un premio como este, teniendo en cuenta que
durante tantos años, hasta los últimos de su vida, el Ateneo lo dirigía Miguel
Delibes, uno de los grandes y, por lo tanto, aunque hay muchos ganadores que no
resultaron muy conocidos, sus obras eran muy literarias, de mucha calidad
literaria. Por eso me gustó. Hoy no se desdeña nada en absoluto y el prestigio
de estos premios, el Nadal y éste.
Y un premio limpio, además.
Es un premio de
los literarios que se apoyan que apoyan la novela, la verdad es que fue una
satisfacción enorme porque no me lo esperaba. No me presenté al premio, me
presentó mi mujer; cuando faltaban cuatro días me llamaron por teléfono para
avisarme de que estaba entre los cuatro finalistas y que estuviera atento al
teléfono en cuatro días porque al ganador le llaman por teléfono desde un acto
público, protocolario desde el Ayuntamiento, con prensa. Y entonces dije: vale, perfecto. Yo ese día a las doce,
doce y media, me dije ‘pues ya nada’, y me fui a comer a un sitio donde no
había cobertura. Y suena el móvil y lo cogí de casualidad, me dijeron: acaba de ganar el premio Ateneo de
Valladolid, y no me lo creía; luego oí las carcajadas, la gente del
público, y a partir de ahí la vorágine de medios, etc.
Esta novela surgió de algún modo a raíz de
la crisis actual, ¿es cierto?
En parte. Yo
estaba buscando documentación sobre un personaje que forma parte del imaginario
gallego, Maria Soliña, que es una mujer que fue acusada de hacer bruja hace cuatrocientos
años y juzgada por la Inquisición de Santiago y que después las coplas populares
empezaron a hablar de ella. Poco se sabía y poco se sigue sabiendo. Me parecía
muy atractivo este personaje, saber qué pasó con esta mujer –siempre busco
mujeres en mis historias no sé porque–; ella tenía sesenta años cuando le pasó.
Durante los años de mi investigación, con buena ayuda de profesores de la Universidad
de Santiago que me iban guiando, ya estaba harto de lo que estaba pasando en
nuestro país, de ver la desolación, de no ver futuro, de ver gente que se iba a
la calle…, y tenía ganas de escribir sobre la crisis. Más o menos por entonces caen
en mis manos documentos que hablan de todos los acontecimientos que tuvieron
que ver con este personaje y de otras mujeres, mujeres que fueron juzgadas en
la misma comarca, en las rías bajas, en Cangas, que es la parte norte de la ría
de Vigo. Esas mujeres empezaron a ser acusadas y juzgadas por brujas justo
después de que ese pueblo haya sufrido una crisis, pero su crisis no fue una
crisis financiera sino de los cañonazos de once veleros de tres mástiles de
piratas berberiscos. Y de la población de unos 800 habitantes del burgo de
Cangas, el pueblo en sí que fue atacado, mataron a unos 200 habitantes. Eso, lo
primero, destroza a las familias y segundo, derrumba la economía y al mismo
tiempo hace que aflore los aspectos más negativos de las personas y los que
quieren seguir manteniendo a su poder tienen que recurrir a explotar a los
pobres, a los trabajadores y a la gente honrada para seguir manteniéndose, mantener
ese poder de una manera fácil. Se acusó a algunas curanderas, meigas y, al mismo tiempo, a mujeres pobres de solemnidad… Para que no nos
acusen de que vamos detrás de mujeres ricas y las condenan para expropiar sus
bienes.
En la novela también
hay amor, hay esperanza, son elementos que forman parte de todas mis novelas; es
una novela de personajes secundarios.
Basarse en hechos históricos, aun
ficcionando, se asemeja en parte al periodismo de investigación, buscar lo que
está escondido o poco conocido, como periodista ¿le resulta más cómoda la
novela histórica que otros géneros más fantásticos?
Bueno, de
momento, tres novelas que he publicado tienen una base histórica, me gusta
mucho la Historia, pero no pretendo hacer novela histórica y menos en esta
última. Me gusta lo fantástico porque lo fantástico forma parte de mi tierra. Cuando
hablé en una ocasión con García Márquez y le pregunté qué era el realismo
mágico me dijo: «¿usted es gallego?, mi abuela era gallega y ¿qué quiere que le
explique?». Mis obras viven en las obras de Cunqueiro, de Valle-Inclán…, viven
vivos y muertos juntos; en mis obras no hablan los muertos, pero está presente
la Santa Compaña que va a anunciar una defunción, y la presencia de leyendas
sobre el mal. Para mí es muy importante de esta novela la parte que es la de la
tradición del pueblo gallego. Y es investigación periodística, es fantástico
poder investigar, es muy estimulante; aprendes y además las posibles ideas que
tenias preconcebidas de lo que querías escribir te las puede hacer modificar.
Va creciendo todo, va creciendo a medida de que te vas documentando y tomando notas,
y vas dibujando un personaje, o vas diciendo creo que voy por aquí o voy por
allá; vas aprendiendo técnica periodística después de todo. No puedo hablar de
técnica de investigación como historiador porque voy a fuentes de los
historiadores contemporáneos.
La invasión de los piratas berberiscos a la
región donde se desarrolla la novela es un suceso clave, como lo es la lucha y
la solidaridad para hacerles frente, ¿hay un mensaje de fondo para que nos concienciemos
de otros piratas modernos?
Creo que está
de fondo en toda la novela, desde que el propio narrador, un funcionario, en el
momento en el que hace un acto de reflexión, de contrición de las cosas que le
habían sucedido mientras era probado toda la Inquisición, pues él mismo dice
que en cuántas ocasiones tuvo que mirar para otro lado porque sabía que lo que
estaba haciendo su institución no atendía a justicia, a la verdad de la
justicia. La solidaridad de los pueblos surge cuando hay gente valiente que
quiere defender al pueblo. Al mismo tiempo, mientras se producía el ataque de
los piratas, hubo gente que puso pies en polvorosa. Y el pueblo está
defendiendo lo suyo y está defendiendo lo de los que se marcharon, porque al defender
el pueblo defiende a toda la sociedad, a toda la estructura del pueblo. El
mensaje es que solamente la gente honrada con principios, con valores morales
que creen en sí mismos y en sus vecinos y en la solidaridad es la que puede
mover a la propia sociedad para defenderse, en este caso era contra unos piratas
berberiscos y en la actualidad no sabemos contra quién, contra la injusticia
que viene de aprovecharse de una situación de crisis provocada por los especuladores
para seguir machacándonos y todo lo logrado en años.
Algún detalle sobre Maria Soliño que pueda
revelarnos y que haya quedado fuera de la novela por exigencias del guión.
No, porque lo
poco que se sabe lo he utilizado completamente. Y a partir de ahí he incluido
por donde podían ir los tiros, he novelado a partir de eso. Hay gente que la va
a leer, gente gallega que conoce a Maria Soliño, está en el imaginario, conservando
el personaje conocido; no sabemos qué paso con ella, pero sabemos que fue una
bruja, pero no hay nada más, yo no he descubierto nada más. Lo que se sabe está
en el libro, que era una mujer, que era una bruja y cómo actuó la Inquisición,
como actuaron las autoridades del pueblo contra ella.
Muchas gracias y mucha suerte, Pemón.
Por Ginés J. Vera
Un libro que me llama mucho y que después de esta entrevista aún me llama más. Aunque sienta un poco de envidia hacia el autor... Haber podido hablar con García Márquez!
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué puedo decir, Margari? Poder hablar, conversar e incluso compartir experiencias con alguien del oficio es maravilloso. Si hablamos ya de alguien como García Márquez, bueno, ya faltan casi las palabras. En todo caso, he de reconocer que he tenido la gran suerte de haber entrevistado a escritoras y escritores geniales, con los que me he sentido muy a gusto y quienes deseo que sigan escribiendo sobre todo. Y a ti, por supuesto, muchas gracias por tu comentario y visita. Un saludo.
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