Esta semana
traigo al blog la entrevista que le hice recientemente al escritor zaragozano Luis
del Val Velilla (Zaragoza, 1944). Tuve la oportunidad de conocerlo en la gala
de entrega del I Premio Internacional de Novela Solar de Samaniego, en la que
departí con él entre vino y anécdotas sobre el fabulista Samaniego. Nuevamente,
esta vez en Valencia, repetimos complicidad hasta el punto de emocionarnos con
temas personales que quedarán entre él y yo. Confío en que quienes lean esta
entrevista no piensen que solo hablamos de futbol y de mujeres más que de su
novela. Para quienes no le conozcan, decir que Luis del Val ha compaginado su
labor como periodista y escritor.
Ya desde muy
joven se decantó por el periodismo y su trayectoria profesional ha estado
estrechamente vinculada al mundo de la radio y por la que ha recibido varios galardones
como el Micrófono de Oro de la Asociación de Profesionales de Radio y
Televisión o el Premio Ondas en 1990 y 2002. En lo literario, destacar el Premio
Café Gijón de Novela en 1988 con ‘Buenos días, señor ministro’, el Premio
Ateneo de Sevilla de Novela con ‘Las amigas imperfectas’ en 2003, o el Premio
Logroño de Novela 2012 con ‘Reunión de amigas’.
Coméntenos esa frase suya que he leído de
que las mujeres son más interesantes desde el punto de vista literario.
Sí, porque
son más complejas; el hombre es una persona que se proyecta hacia el exterior y
la mujer es un ser que se proyecta hacia el exterior y hacia el interior y es
mucho más previsible. Yo, cuando hablo con mi hija que pertenece a la otra
generación y nos queremos mucho, y además es editora y tenemos el mismo oficio,
hablo con ella una media de 4 o 5 minutos, cuando habla con mi mujer están
entre 17 y 20 minutos, ¿por qué? Porque tienen una visión mucho más compleja y
más rica de la realidad, nosotros vamos a lo nuestro, esto, lo otro…, en cambio
las mujeres descienden al detalle, y en el detalle y en los matices está a
veces la vida que a los hombres nos pasa inadvertida.
Parece que no
te he convencido.
Sí, sí, estaba pensando en las
conversaciones que tengo con hombres y mujeres.
En eso que
llamamos relaciones amorosas, el macho es un macho que ancestralmente es un
macho polinizador, que es el macho polinizador tiene como mandato de la especia
polinizar cuantas más hembras mejor, de ahí vienen esos líos del adulterio, nos
hemos vuelto monógamos hace poco, durante cientos de miles de años el macho ha
sido polinizador, de cualquier hembra que se pusiera a su disposición porque así
venía bien para la reproducción de la especie. La mujer, en cambio, es monógama,
mucho más monógama, es la que cuida a la especia, es la que se preocupa. ¿Cómo
te diría yo? Si en una final de copa Valencia-Barcelona o Valencia-Real Madrid
los hombres estuvieran en toda Valencia y en toda Barcelona o en todo Madrid
bañando a los niños y hubiese un penalti el porcentaje de niños ahogados seria
fastuoso porque irían a ver la repetición de la jugada, protestarían o no del
árbitro, se desgañitarían delante del televisor y los niños se ahogarían en la
bañera.
Y perderíamos una generación.
Perderíamos
una generación; es decir, las mujeres sí que están capacitadas para ver la
televisión, cuidar al niño, atender al teléfono, incluso darle la vuelta a la
tortilla de patatas porque tienen una mente mucho más poliédrica que la
nuestra. En las relaciones sentimentales, el hombre tiene el objetivo de polinizar
y la mujer quiere más cosas, quiere cenar, quiere bailar, quiere conversar,
quiere hablar, quiere estar. Entonces, el chico está impaciente: a ver si
acabamos de cenar, a ver si terminamos de bailar, a ver cuándo nos vamos para
polinizar, y este es un elemento que en los chicos y las chicas a veces los
queremos olvidar, pero está ahí y existe, y de ahí la riqueza también de las
relaciones del macho y la hembra.
Me encanta la comparación futbolística,
estaba pensando que esto es como si los hombres fuéramos Cristiano Ronaldo y
las mujeres Pep Guardiola.
No lo sé…,
si, puede ser, puede ser. Los hombres quieren tirar a puerta, efectivamente,
muy bien.
¿Qué proporción diría que hay en esta
novela de historia, romanticismo e intriga?
Yo creo que a
un 33 por cien de cada uno, y el otro 1 por cien que cada uno lo ponga de lo que
quiera.
¿Obedece a algún guiño personal el que los personajes centrales, Mario
Cifuentes y Cintia Soraluce, sean un septuagenario y una treintañera, además de
la diferencia generacional?
Obedece a que,
efectivamente, hay un despeño entre dos generaciones que yo quería juntar
precisamente en una labor común.
Los servicios secretos españoles ¿guardan
secretos incómodos de la época de la Transición que es mejor no remover?
Yo creo que
todos los servicios secretos de todos los países democráticos guardan secretos
incomodos y, como dice la cita al principio del libro, no nos es permitido
saberlo todo y a lo mejor es mejor.
Pero si se supieran, ¿interesarían a la
sociedad actual, se le daría importancia?
No lo sé, yo
creo que en este momento tan superficial y tan frívolo supongo que no.
¿Y al lector medio, cree que le interesa la
Transición?
Pues es
posible que no, pero yo cuando escribo una novela lo hago porque tengo una
necesidad de contar una historia, no pienso en los lectores, si pensara en los
lectores si se llevase la novela histórica escribiría una novela histórica, si
se llevase la novela erótica escribiría una novela erótica...
O una novela sobre el Real Madrid y el
Barcelona, que se lleva mucho… Bueno, era un poco por seguir el ejemplo de
antes.
No, no, muy
bien, muy bien; el ejemplo está muy bien
hecho.
¿Qué supone haber ganado la primera edición
del Premio Internacional de Novela Solar de Samaniego?
La
oportunidad de tener una promoción extraordinaria que editando el libro de una
manera normal no la hubiera tenido. Yo creo que los escritores que, como yo,
tenemos la suerte de no tener problemas de publicar, porque nos las admiten,
pero no tenemos la promoción, la relevancia que tiene la aparición acompañado de
premio y ¿qué significa eso?, significa fundamentalmente: primero, que
lectores habituales nuestros se enteran de que hemos sacado una novela que de
otra manera no se enterarían y, segundo, que merced a la promoción podemos conseguir lectores
que no nos conocían.
Lo ideal sería promocionar los libros en el
descanso del Real Madrid-Barcelona,
por ejemplo.
Eso es, ahí
está.
Muchas gracias y mucha suerte, Luis.
Por Ginés J. Vera
No conviene que la gente lea, que si lee, aprende, y si aprende ya no es tan fácil de dirigir... No conviene promocionar la literatura. Sigamos dando fútbol y realities... No he leído a este autor. Lo conocía pero aún no me había animado con él. Buscaré este libro que la temática me gusta. Y otra interesante entrevista. Gracias!
ResponderEliminarBesotes!!!
Gracias Margari, tienes razón, la cultura es el mejor arma para luchar contra la ignorancia, la barbarie y la sinrazón tan terriblemente necesaria precisamente estos días por razones harto conocidas. Por eso admiro la propuesta cervantina de tu blog, enhorabuena desde aquí. Y un saludo cordial, como siempre.
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