La semana pasada compartía la
entrevista que me concedía un escritor sevillano al hilo de la publicación de
una novela histórica ubicada en la Sevilla napoleónica. Esta semana no queda
allí la cosa, también comparto la entrevista que me concediera otro escritor
sevillano, Francisco Robles, autor de la novela ‘La maldición de los
Montpensier’ (Algaida) que tiene que ver con Sevilla, pero lo más importante,
es la novela con la que ha obtenido el II Premio Internacional de Novela Solar
de Samaniego. El premio se libró en Laguardia (Álava) donde pude conocer al
autor y felicitarle por el galardón brindando con vinos de la Bodega Solar de
Samaniego. Era mi segundo viaje a la maravillosa localidad alavesa a resultas
del premio, por lo que espero que mis lectores tengan a bien que al pie de esta
entrevista incluya un enlace al entrevistado por el galardón del I Premio
Internacional de Novela Solar de Samaniego.
Regresando a la entrevista con Francisco
Robles, decir que preferí preguntarle, como a veces acostumbro, por algunas
frases que me han llamado la atención en la novela. También se trata esta, ‘La
maldición de los Montpensier’, de una novela histórica en una época en la que
reinaba en nuestro país una mujer, concretamente Isabel II. La verdadera
protagonista de esta novela, sin embargo, es su hermana, la infanta María Luisa
Fernanda que, poco antes de su destierro a Sevilla, comentaba a su marido que: ‘No
nos querían en París, no nos querían en Inglaterra, y ahora no nos quieren en
mi propia ciudad’. Una situación nada fácil y Robles me dice que «no la querían en ningún sitio, no porque
ella fuera como era, sino porque su matrimonio con el duque de Montpensier,
celebrado al mismo tiempo que el de su hermana Isabel II con Francisco de Asís,
supuso un auténtico terremoto político en Europa, no ya en España, sino en
Europa, porque ante la posibilidad de que la Reina Isabel muriera pronto, por
enfermedad, o porque no tuviera descendencia, el trono pasaría a María Luisa. Y
María Luisa Fernando estaba casado con un francés, con lo cual, imagínate la
distorsión política que habría en los grandes estados, en las grandes potencias
de la época». Sobre lo de la distorsión, aclara que «en París no los querían porque el pueblo francés ya no quería a Luis
Felipe, no a ella; en Inglaterra no la querían porque la reina Victoria se
opuso a ese matrimonio, ya que podía haber dado con un rey francés en España y
ninguna potencia quería que en un país hubiera un rey de una tercera potencia.
Y aquí no la quería su hermana Isabel II, pero no a ella, al que no quería era
al duque de Montpensier, que era un conspirador, con lo cual, fue rebotando la
pobre de París a Londres, de Londres a Madrid y de Madrid, por fin, a Sevilla».
Respecto a lo del rebote de la infanta y su marido, le apunto a Robles otra
frase que aparece en la novela, una de la reina Isabel II en una conversación a
Narváez. ‘Ahora resulta que quien ha decidido que mi hermana se vaya con el
francés a Sevilla soy yo’. Con ella parece protestar ante la propuesta de Narváez
del “destierro” a Sevilla. Luego añade: ‘Así se escribe la historia.’ Le
pregunto si realmente sucede así, si se escribe en realidad así la historia, a
lo que Robles me dice que sí. «Claro,
porque Isabel II le pide a Narváez una solución, Narváez dice, bueno, pues los
mandamos a Sevilla; pero claro, cuando uno manda, la decisión la toma el que
manda, para el pueblo ¿quién toma la decisión?, pues Isabel II. Ten en cuenta
que en aquella época aún no existe el ferrocarril Madrid-Sevilla». No puedo
sino sonreír con esto último y le digo en broma que ni el AVE Madrid Sevilla. «El AVE Madrid Sevilla mucho menos», se
dice sonriendo, luego comparte conmigo una curiosa reflexión al respecto. «Pero es curioso porque pensamos que la
revolución es el AVE, pero la revolución no es el AVE, es el ferrocarril. El
AVE es la mejora de la revolución. Vamos a ver, no es lo mismo ir de Madrid a
Sevilla en una semana que en doce o catorce horas. Ya de las doce o catorce
horas te las rebajan a dos o tres, eso es una mejora, pero lo gordo es tardar
siete días en una diligencia cruzando Despeñaperros horroroso todo a hacerlo en
el ferrocarril. Los viajeros tenían que adaptarse a las rutas de los
militares».
Un poco al hilo de esta visión de
quienes vivían o mejor dicho, viajaban por España a mediados del siglo XIX, le
indico otra frase que tengo anotada de su novela, cuando al poco de concluir el
enlace entre la protagonista de ‘La maldición de los Montpensier’ y el duque de
Montpensier, Latour se dirige a aquella y le dice que ‘a los españoles les
falta perspectiva para conocerse a sí mismos’, o esta otra: ‘Esto no es Europa,
algo que no es bueno ni malo en sí mismo. España siempre me pareció el norte de
África y no el Sur de Europa’. Robles sonríe y casi asiente al decir que «los franceses, que son tan orgullosos y
tan vanidosos, pensaban que Europa se acababa en los Pirineos, pero al mismo
tiempo reconozco que tenían buena dosis de razón. Aquella España era un sitio,
por ejemplo, en el que se comía fatal. Se comía tan mal que se iba uno a una
venta y no había nada que comer. Eso les llamaba mucho la atención a los
franceses, y aquí había costumbres que eran impensables en Francia. Ten en
cuenta que Latour viaja con el duque de Montpensier, cuando este es joven
todavía, por el Norte de África, por Egipto, ese exotismo les llama a ellos
mucho la atención porque eso no existía en Francia, entonces, encontrar en un
país europeo monumentos de estilo islámico, almohade, almorávide, califal o
nazarí, para ellos eso era muy llamativo».
Francisco Robles (Sevilla, 1963)
es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla. Profesor de
Lengua Española y Literatura en excedencia. Actualmente es articulista de ABC y
director de Protagonistas Sevilla, en ABC Punto Radio. En Tele-Sevilla dirige y
presenta el programa Cómo está Sevilla. Ha publicado entre otras obras Poesía
eres tú: Bécquer, el poeta y su leyenda, 2004. Mester de progresía: Teoría y
praxis del progre ibérico o como quedarse con el personal, 2005. Historia de
Sevilla, con Álvaro Pastor Torres, 2006. Semana Santa: antología literaria,
2006. Hijos de la LOGSE: claves para entender y superar el fracaso educativo,
2008. Trío de capilla, con Javier Rubio y Juan Miguel Vega, 2008.
Enlace a la entrevista con Luis del Val, ganador del I Premio Internacional de Novela Solar de Samaniego.
Enlace a la reseña del acto de entrega del II Premio Internacional de Novela Solar de Samaniego.
Muy interesante esta entrevista. Me ha gustado conocer al autor, del que me apunto su novela, que creo que puede gustarme mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Muchas gracias Margari. Un saludo.
Eliminar