La segunda, por el género literario al que pertenece este El problema final. Para quienes no os hayáis asomado al libro, os diré que el protagonista es un actor de cine, Hopalong Basil, que vive en Antibes, en la costa mediterránea. Un caballero inglés de porte distinguido que nos revelará, en primera persona, unos hechos ocurridos años atrás, todo y que la novela nos ubica alrededor de 1960. El cine va a estar muy presente, como también la literatura, la de misterio, pues de eso se alimenta esta novela.
Basil llegará a una pequeña isla del Mediterráneo occidental y, a causa de un temporal, se verán aislados en un hotel. Y digo verán porque Pérez-Reverte, toma el recurso que popularizó Gaston Leroux con El misterio del cuarto amarillo. El del enigma del cuarto cerrado. Doble atractivo para quienes disfrutamos del género policial, porque al concentrar a los personajes nos motiva a convertirnos en detectives a lo largo de sus páginas. Y, como segundo atractivo, el de sus personajes.
Basil es actor, no detective, cuenta con su intuición y un ayudante, otro de los huéspedes del hotel, para ir tirando del hilo con curiosos guiños a un hipotético lector, como si de algún modo Pérez-Reverte quisiera jugar a romper la metafórica cuarta pared teatral. Muy a lo Agatha Christie, no ya por obras como La ratonera o Asesinato en el Orient Express, por si alguien va a incidir en lo obvio, sino por esa habilidad narrativa de hacernos creer que todos los personajes pueden ser sospechosos, culpables, en realidad. No puedo dejar de mencionar ni a Sherlock Holmes ni a su padre literario, a sir Arthur Conan Doyle; por Basil, dado que este lo interpretó en la gran pantalla, y de ahí las circunstancias de verse en la tesitura de llegar al final del enigma.
Como tampoco puedo dejar en el tintero el final de El problema final, valga la redundancia, el que nos ha preparado Pérez-Reverte en esta novela. Si recordáis mis expectativas generadas, mencionadas en líneas precedentes, al llegar al clímax he de admitir que esperaba otra cosa, no sé qué exactamente. En cualquier caso, a buen seguro no defraudará ni a los habituales del cartagenero y académico de la RAE ni a los del género policial.
Un buen libro para leer estos días que nos vienen, también muy de encierros, reuniones tediosas y estrés, como en la novela; o para regalar, que no sé dónde he leído que uno de cada cuatro libros que se venden en España son para regalo. Mientras se lea, bienvenido sea, seguro que en eso sí coincido con el autor de El problema final. No es casual, si lo buscáis, que ya haya otro libro homónimo, aunque eso os lo dejo para vuestro disfrute.
Felices fiestas señor Pérez-Reverte.
No me llama mucho en esta ocasión. No termino de disfrutar con las últimas novelas de este autor y no me animo.
ResponderEliminarBesotes!!!