P.: Tras leer la introducción a Tus líneas rojas creo que no ando muy desencaminado si digo que es tu libro más personal. No solo por la fecha que mencionas, tan importante en la vida de un padre. Sino a que comentas que sufriste de manera innecesaria en aras de mantener la convivencia y armonía... Que uno de los objetivos de este libro es enseñarle a tu hija a “protegerse de perfiles tóxico, abusadores y parásitos.” ¿Nos lo comentas?
R.: Ciertamente es mi libro más personal y es que yo mismo he tenido que lidiar con perfiles tóxicos en más de una ocasión y, es más, han condicionado mi vida durante mucho tiempo. Seamos claros, en este mundo hay personas encantadoras, personas afables, personas tóxicas, personas simpáticas, personas de mil tipos. De la misma manera que de una persona simpática puedes esperar que te alegre el día, de una persona tóxica puedes esperar dolor, sufrimiento y abuso. No podemos relacionarnos igual con una persona afable que con una persona tóxica así que ya va siendo el momento de llamar a las cosas por su nombre y de proporcionar herramientas para poder protegernos de las personas tóxicas.
P.: Coméntanos una de las trampas de los perfiles tóxicos y abusadores. La de pasar de víctimas a verdugos; de ser quienes sufrimos el abuso emocional a convertirnos en quienes no queremos ser. ¿Lo has vivido en tu consulta clínica? ¿Hay formas de evitar esa nociva transformación?
R.: Es curioso ver como se perpetúan relaciones familiares tóxicas. Debería parecer que un hijo que ha sufrido a un padre narcisista debería ser más sensible y evitarle ese sufrimiento a sus hijos, pero lo cierto es que a menudo se perpetúa y se repite ese mismo esquema. Es como si en vez de gestionar ese sufrimiento, se fuera acumulando para darle salida tan pronto como les resulta posible.
Yo siempre apuesto por parar esa cadena de herencias tóxicas. Hay que ponerse en manos de un profesional y alejarse lo antes posibles de esos perfiles tóxicos. ¿Sabes por qué? Pues porque te intoxican y cuando estás intoxicado ya no eres tú.
Se trata de transformar toda esa rabia y frustración en algo bonito, no en algo tóxico y para conseguirlo a menudo necesitamos una ayuda externa.
R.: El concepto de familia está sobrevalorado. Lo siento, es así. Hay familias maravillosas que son un nido de amor y de respeto, pero también hay familias más cercanas a una secta que a una unión de lazos de afecto. La sangre no conlleva el amor y aceptarlo es un paso muy liberador. Todos mis respetos para las familias encantadoras, pero no debemos tolerar cualquier cosa en nombre de la familia. Ese jefe re-tóxico que tienes, también es padre, esposo, hermano. ¿Cómo te crees que se comporta con su familia? ¿Acaso deja de ser como es para convertirse en un angelito? Pues no, lo siento. La sangre no lo tapa ni lo excusa todo. Hay que llamar a las cosas por su nombre y protegerse. ¿Verdad que tenemos claro que no podemos permitir que un padre torture físicamente a sus hijos? ¿Pues por qué toleramos que lo haga psicológicamente?
Alejarse de una familia tóxica es una prioridad absoluta. En el libro dedico un capítulo entero a hablar de ello. Como bien dices, querido Ginés, es un tema de salud mental.
P.: El concepto de líneas rojas lo hemos oído a veces en los medios de comunicación, sobre todo con los políticos cuando toca ponerse de acuerdo pactando (algo que parece provocar prurito en más de uno). Como deportista y viajero infatigable que eres, he sonreído al leer uno de los (divertidos) ejemplos con los que aderezas tus exposiciones. Me refiero a las fronteras de Rusia, tristemente de actualidad este último año; el país más extenso del mundo, por cierto. No hace falta ser como la madre Rusia para conseguir que se nos respete, ¿no es así?
R.: No hace falta ser así, sin duda, pero sí que es importante que tengamos claras dos cosas. La primera es que las fronteras han de estar bien definidas y ser claritas e inequívocas. La segunda es que a veces tenemos que ser firmes. En el libro desarrollo el concepto de asertividad proporcional según el cual nuestra respuesta asertiva debe ser proporcional a la demanda de nuestro interlocutor. No podemos apagar un incendio forestal con un extintor domestico, ni un incendio en la cocina con un hidroavión; pues de la misma manera debemos hacer con nuestra vida. Algunas peticiones requieren de una firmeza realmente contundente. Debemos perder el miedo al conflicto. No pasa nada por tener conflictos. Es más, que tengas conflictos no implica que seas una persona conflictiva.
P.: Somos el resultado de las personas con las que interaccionamos, leemos también en Tus líneas rojas y, nuevamente, me tiende un puente a la reflexión. A la importancia de elegir a esas personas, a saber rodearse de quienes nos respetan y a soltar lastre cuando, puestas las líneas, vemos que no hay manera. No hemos de sentirnos mal por renovar nuestra agenda. Háblanos de ello desde la experiencia personal, si gustas.
R.: LA vida es muy corta como para perder el tiempo con personas que nos están provocando dolor. No pasa nada por ser selectivo en tus relaciones. Tenemos derecho a pasar el tiempo con personas con las que estamos bien. No tenemos que ser amigos de todo el mundo. Cordiales, sí. Respetuosos, también. Pero no pasa nada por renovar tu agenda. Las personas cambian, no siempre para mejor y lo que un día tuvo sentido quizás ha dejado de tenerlo. Atiende a las señales, ten una mirada amable, pero haz caso a tu cuerpo. Si te duele no te conviene. Si no te apetece ir a verle, no te conviene. Si vuelves a casa contrariado después de verle, no te conviene. Así de sencillo y de simple. El dolor te sugiere que cambies, no que te acomodes en el sufrimiento.
P.: También he querido ver algo de aprendizaje entre las páginas de Tus líneas rojas. Y de desaprender antes para aprender después. Las cosas que más nos convienen, a menudo, nos despiertan cierta incomodidad. Por no hablar de que la educación mal entendida confunde a veces sumisión con educación. O con bondad, y esta con debilidad, y de ahí a que abusen de nosotros hay un paso. ¿Nos ayudas a comprender esto con la premisa del aprendizaje dentro y fuera de las aulas? ¿El bullyng y saber poner líneas rojas a tiempo es una de las posibles lecturas de este libro o de su implementación?
R.: He realizado muchas charlas sobre el bullying y seguiré haciéndolo. En muchas ocasiones el bullying está tolerado o incluso promovido por adultos. Sí. Seamos claros. Incluso profesores. Tenemos profesores maravillosos, sin duda, pero también tenemos profesores altamente incompetentes, psicópatas, amargados o narcisistas entre otros muchos perfiles.
Profesores que les cogen manía a un niño y le machacan o que utilizan a otros niños para machacarles. Queda mucho camino por recorrer y mucho apoyo que dar a los más vulnerables. Un mal profesor condiciona la vida por completo de un niño y eso no puede ser. De ninguna manera.
De la misma manera que algunas personas no pueden integradas en sociedad porque son incapaces de convivir con otras personas, algunos profesores no pueden seguir ejerciendo como tal. Ahora mismo tengo que atender algunos asuntos de salud que requieren toda mi atención, pero en cuanto pueda tener algo más de tiempo pienso montar una fundación o algo similar para promover la calidad educativa en tanto el trato en las aulas así como para la gestión de bullying permitido e impulsado por adultos y para proteger a los más vulnerables. Desde aquí hago un llamamiento a aquellas personas que deseen participar de este proyecto, aportar su granito de arena o esponsorizarlo. Ya está bien de que los niños y jóvenes acaben pagando la incompetencia o la mala intención de adultos que deberían ayudarles.
Tus líneas rojas. Tomás Navarro. Editorial Zenith.
Otras entrevistas para Maleta de libros de Tomás Navarro:
Wabi Sabi. Entrevista a Tomás Navarro.
Una entrevista muy interesante. Pero no es tan fácil alejarnos de esas personas que nos provocan dolor, porque a veces alejarte de ellas implica hacerle daño a una persona con la que sí quieres estar. No lo veo tan fácil.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estoy totalmente de acuerdo con ello, Margari. Da para un libro, otro, me refiero :-D Un saludo.
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