Hace unos días estuve en Soria, coincidiendo con la Feria del Libro de Soria. Además de visitar la Casa de los Poetas, en el Casino, recordé la entrevista que le hice al escritor turolense Javier Sierra. Él mismo me contó que su primera novela surgió en tierras sorianas, y más concretamente en Ágreda, al quedarse ‘pillado’ por una nevada en la localidad natalicia de Sor María de Jesús de Ágreda. El Ayuntamiento le nombró hijo adoptivo de Ágreda, de hecho, en mayo de 2009. Os dejo la entrevista en espera de vuestros comentarios y sugerencias.
¿Cuál fue el origen
de El Ángel Perdido?
Estaba dando un paseo por el Museo Británico de Londres
cuando me fijé en unas piedras. Eran unas piedras oraculares utilizadas en el
siglo XVI para comunicarse con los ángeles. Me extrañó que algo así estuviese
en el Museo Británico. Resultó que pertenecían a John Dee, un mago, astrólogo,
ocultista, médico y matemático de Isabel I. Las usaba como medio de
comunicación con el más allá, recibiendo mensajes supuestamente de los ángeles.
Vi enseguida que había potencial para escribir algo sobre esa historia. John
Dee es un personaje de fondo, no es una novela histórica. Me preocupaba
descubrir que hasta el s. XVIII hubo muchos personajes importantes que parecían
tener contacto con Dios y a partir de la Revolución Francesa todo se rompe.
Yo quería ir más allá. Relacioné aquellas piedras del Museo
Británico con una radio de galena que tenía mi abuelo. ¿Y si las piedras
tuvieran algo de galena? Descubrí durante mis investigaciones que ha habido
muchas piedras-radio. La Kaaba en La Meca, las Tablas de la Ley de Moisés,
hasta la piedra meteorítica Benben venerada en el antiguo Egipto. La obsesión
de la comunicación con las divinidades está detrás.
¿Se podría decir que
la novela te encontró a ti y no al revés?
Las piedras del Museo Británico es verdad que me encontraron
a mí, yo no las buscaba. Los grandes argumentos de mi novela me han encontrado
a mí, no es una frase hecha. Yo soy novelista porque una historia me encontró a
mí. En 1991 publiqué un artículo en una revista
sobre Sor María de Jesús de Ágreda a la que habían visto simultáneamente
en su convento y en América, sin que ella viajase a aquel continente. A la
semana de su publicación viajando en busca de reportajes por la Rioja y Soria
una nevada me pilló entre montañas llegando al pueblo de Ágreda, el pueblo
natal de la monja. Indagué sobre su historia, me fascinó y construí mi primera
novela, La Dama Azul.
¿Qué van a encontrar
los lectores de tu exitosa La Cena Secreta en El Ángel Perdido?
Van a encontrar más misterio, más acción, más intriga, más
ritmo. La Cena Secreta se publicó en cuarenta y tres países, por lo que mi
mayor preocupación ha sido encontrar una historia global que pudiera ser
entendida en todos estos lugares con un lenguaje lo más contemporáneo posible.
El ritmo, la sucesión de capítulos debe mucho al cine y a la televisión. Planos
cortos y cada capítulo terminando en alto, manteniendo la tensión. Es la
técnica para atrapar al lector desde la primera a la última página.
Construir el andamiaje, la estructura para que fuera una
novela intensa. ¿Cómo resumir 500 páginas en 72 horas de acción ininterrumpida?
Lo más difícil y meritorio es lo que no se ve, lo que el autor retira antes de
dar la novela a la imprenta.
"Después de un gran
éxito, un escritor sólo puede hacer dos cosas: repetirse o superarse", has
mencionado en alguna entrevista, coméntame.
Cuando alcanzas el éxito la tentación es muy grande. Has
encontrado la fórmula del éxito y te dices: me voy a aferrar a ella. Pero yo
era consciente de que llegué al éxito porque creí en mi novela y en los valores
que estaban detrás de ella. Repetirme sería traicionar esos valores. Decidí
seguir siendo fiel a ellos y son los que me han llevado a esta obra. Los
valores siguen funcionando.
¿Puedes darme algún
consejo para alguien que comienza a escribir?
Sí, claro. Lo primero examínate y examina tu relato. Piensa:
¿puedo hacerlo mejor? ¿Estoy contento con esto? Una vez te hayas respondido
afirmativamente, hazte la siguiente: ¿merezco que mis libros se vendan? Una vez
que tengas todas esas preguntas claras, que no son fáciles, debes
respondértelas en conciencia. Si estás convencido de lo que haces, las puertas
se abren. No nací siendo escritor. De hecho piensa que todos partimos de cero,
es la magia del escritor. Los valores también son importantes. Tienes que
encontrar tu voz, preguntarte, ¿has encontrado tu voz? ¿Lo que has escrito te
refleja bien? ¿Crees que es lo que humanamente mejor eres capaz de hacer?
Cuando te hayas respondido, entonces da el siguiente paso.
Javier Sierra Albert
(Teruel, 1971) es periodista, escritor e investigador. Licenciado en Ciencias
de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Consejero editorial
de la revista Más allá de la Ciencia, participa en diversos espacios
radiofónicos y televisivos. Es el primer escritor español que ha entrado en el
Top Ten de la lista de los más vendidos de Estados Unidos, elaborada por The New York Times. Lo consiguió en marzo
de 2006 alcanzando el número 6 con su obra La Cena Secreta, novela que se ha
editado en 42 países, colocándole como el segundo escritor español
contemporáneo más traducido. El maestro del Prado es su última novela,
publicada este año.
Muchas gracias y mucha suerte, Javier.
Por Ginés J. Vera.
Tiene razón en cuanto a las preguntas que deberíamos hacernos... si queremos publicar. Solo que creo que es muy fácil engañarse uno mismo y tal como el dice se debería responder a conciencia. Interesante los planos cortos y terminar los capítulos en alto. Antes de ayer escuchaba por la radio a un escritor (no me preguntes cual, no me quede con el nombre) que la forma de escribir ha variado influenciado por el cine y la televisión. Yo reflexiono a mi vez que también ha cambiado la forma de leer, que es lo que esperas de una novela o un relato. No creo que tenamos la paciencia, el tiempo de los lectores de hace un siglo por ejemplo.
ResponderEliminarGran entrevista.
Un beso
Pues tal vez tengas razón, en lo de que esté cambiando la forma de leer (como dice el escritor al que aludes). Y creo que es un proceso circular: leemos de una forma, escribimos (o tendemos a escribir) tal como leemos o nos gustaría leer. Estoy con los cuentos de Hemingway y me parece curioso que tuviera problemas para publicarlos en su día, por su 'aspereza'. Entra dentro de esto que hablamos, los gustos. Gracias y un saludo.
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