Esta semana es un verdadero placer publicar aquí la entrevista que mantuve con Ricardo Guadalupe. Soy deudor suyo, en lo literario y en lo espiritual por cuanto me ha revelado la emoción de la literatura desde la visión del escritor comprometido con su obra. Nacido en Madrid, dejó su trabajo en un confortable despacho para dedicarse a la literatura.
Tras el éxito de su libro Palabras literarias (también con la editorial Octaedro), publica Frases en el muro, una antología de difícil clasificación. Aquí os dejo la entrevista, ruego que por amistad se me permita el trato de tú.
¿A qué público va dirigido este libro de
menos de 100 páginas y con una portada tan original y actual?
A
las personas que les guste llegar a conclusiones, a las que sepan que una frase
puede decir más que mil palabras.
Frases
en el muro viene prologado no sólo por partida doble, previo a tu prefacio,
sino por dos profesores de Filosofía. Cuéntanos este inicio tan filosófico y
erudito.
La
vida está llena de preguntas y la filosofía trata de dar las respuestas. Tanto
en los prólogos del libro como en el prefacio lo que señalamos es que esas
respuestas no hay que ir a buscarlas muy lejos, casi siempre están en uno
mismo.
Lo subtitulas Diccionario de intuiciones y aunque suena tan académico como los
prólogos a los que aludí antes, dices: “Agité
la cabeza y salieron 439 frases, las he contado, sin orden ni concierto. (…)
Tomadlas, usadlas o no y recicladlas, elaborad vuestro propio diccionario.”
¿Es una invitación entonces a que el libro se lea en complicidad con lápiz y
papel?
Así
es, yo cogí el diccionario y reescribí las definiciones de un buen montón de
palabras. Eso es precisamente lo que quiero que la gente haga, que den un
significado nuevo a las palabras, el que para ellos personalmente las defina
mejor, según sus experiencias o sensaciones. A eso se le llama renovar el
lenguaje y renovar el valor de las palabras. Las frases gastadas ya no nos
dicen nada. Y a menudo tampoco nos sirven las de otros. Hay que ir en busca de
las frases propias, que serán sin duda las que mejor expresen nuestros deseos.
Frases
en el muro suena también a redes sociales, a frases breves tipo twitts, ¿tal
vez haya cierta intención de asomarse a las nuevas tecnologías en las que las
palabras son tan necesarias como efímeras?
Las
redes sociales es el siglo XXI. Las personas están interconectadas al minuto y
tienen el poder de generar movimientos alternativos a los canales oficiales y
jerarquizados. Con las redes sociales ha llegado la democracia a la
comunicación entre personas. Eso sí, como cada canal de comunicación, tiene sus
códigos, y en el caso de las redes sociales ganan fuerza los mensajes breves y
certeros. Por eso pienso que el lenguaje de “Frases en el muro” puede ser
atractivo para quienes hacen uso de los nuevos medios tecnológicos de
comunicación.
«El arte es garantía de salud»; yo me
atrevo a preguntártelo a colación de que tu anterior libro giraba en torno a la
palabra, (Palabras literarias; Ed. Octaedro, 2010), y en éste das un paso y
abordas a las frases.
Una
sola palabra, según el contexto, puede ser arte. Y la combinación de varias de
ellas ya no digamos.
Lo que más me llama la atención, además de
lo sucinto, es el maridaje entre los aforismos y los micropoemas, que ya dejas entrever en tu prefacio.
Unas
frases son más genéricas, abarcan un espectro más amplio, y otras son más personales,
con estas últimas se podrá identificar menos gente, aunque seguramente de forma
más intensa.
Destacar las frases que me han impactado -o
sencillamente emocionado- de entre las 439, daría para otro libro, pues los
lectores van a poder disfrutar a sorbos de auténticas joyas literarias, no
obstante me quedo con algunas que espero me comentes escuetamente, si quieres:
“Pon cinco adjetivos a tu voz, y te los
estarás poniendo a ti mismo como persona.”
Es
una frase terapéutica. Haced la prueba.
“…no
conocemos la libertad que no disfrutamos (…) sólo se puede vivir plenamente
disfrutando de esa libertad que todavía no conocemos.”
Es
una frase para la esperanza. Podemos ser mejores de lo que somos.
Y mi preferida: “Sí, la vida pasa, pero lo importante es lo que pasa en la vida”.
La
vida ante todo es una gran oportunidad. Así lo veo yo. Tratemos de
aprovecharla.
Pregunta comprometida, de hecho viendo la
contraportada y tu perfil, seguro que vas a darme una respuesta interesante. A
menudo la fuerza de promoción de un libro (y no sólo, pero por centrarnos) se
consigue con la provocación y el escándalo. Hay varias frases que podrían ser
un titular de prensa comprometido, pero únicamente voy a rescatar una en la que
aparece: “monja” y “coito”. ¿Qué opinas?
No
pretendo complacer a todo el mundo. Cuando se es auténtico es imposible. Y es
eso lo que he buscado ser, auténtico.
Desde que terminaste de escribirlo hasta
ahora tal vez has pensado en una o varias frases que deberían aparecer, una al
menos, que se haya escapado para formar la 440. ¿O no?
Varias.
Una podría ser esta: “Todos estamos hechos del mismo barro, pero no del mismo
molde. El molde es la educación”. O esta otra, referida al sexo: “Le miro las
partes del cuerpo que ella no se ve”.
Última pregunta, última frase; resúmenos en
una lo que quieres decirle a los lectores al ofrecernos tus Palabras en el muro, tu Diccionario de intuiciones.
Les
diría lo siguiente, a cada uno de ellos, por separado:
Piensa
una nueva manera de decir “Te quiero”.
Muchas gracias, Ricardo y mucha suerte.
Podéis saber mucho más acerca de Ricardo Guadalupe en:
Por Ginés J. Vera.
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