Me piden que empiece advirtiendo que me he saltado la reseña del segundo libro de la trilogía Las cincuenta sombras de Grey. Lo hago, la cuestión es la siguiente: lo leí hace un mes o así y he retenido poco en la memoria. Con lo que deduzco que no es memorable. Como una es aplicada, pregunté a una fan-lectora y me refrescó un poco la memoria (no tenía fuerzas para releerlo). Cincuenta sombras más oscuras, me dice la fan entusiasmada, cuenta como el pasado de Christian y la forma que él tiene de lidiar con el modela al Señor Grey que conocemos. Ana tendrá que descubrir, comprender y lidiar con ese pasado si quiere que la relación funcione tal como ella desea y mientras será amenazada por figuras (femeninas) del pasado más reciente de Grey.
En Cincuenta Sombras Liberadas, tal como el título mismo nos advierte, el Señor Grey y Anastasia comienzan a vivir una relación más feliz y relativamente normal si es que los viajes de lujo alrededor de Europa, la propuesta de regalarle una editorial a Ana y la repetidísima frase de: “te acostumbrarás” que uno u otro de los personajes suelta a Ana cuando ella manifiesta sus remordimientos de conciencia a la hora de gastar inmorales cantidades de dinero puede serlo. Pero aún quedara una sombra que liberar del pasado del pobre Christian y esta será la subtrama que nos acompañará en la novela dándole el contrapunto dramático.
Por la novela corren en absoluta libertad y abundancia expresiones tales como: eres mía, mía, mi esposa, tuya, mi esposo, mío hasta que de hecho creo que hay un par de páginas en el que el diálogo se basa casi exclusivamente en ellas. No he contado las innumerables veces que los personajes abren muchos los ojos, (todos los personajes) y para expresar cualquier cosa desde placer hasta incomprensión o maldad. Creo haber dicho ya que en esta trilogía se repiten continuamente las acciones, los pensamientos y el sexo. Es extenuante en los detalles. ¿De verdad necesitamos saber los lectores la cantidad de veces que van al baño o se lavan los dientes? No sé si tendrá que ver con su origen de Fanficción esa pormenorización de los segundos, horas y días. No quiero ser cruel pero quizá una buena corrección del texto original y cierta sinceridad literaria hubiera reducido la trilogía a un solo volumen sin que la historia perdiera con ello. Ahora que imagino que el negocio es el negocio.
Por May.
* Puedes consultar la reseña de 50 sombras de Grey en este blog.
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