Hacía tiempo que no leía un libro como La doble vida de Martin Harris. Tendría que remontarme a El Tercer Hombre de Graham Green. Y no es que me desaliente o reproche las novelas del género negro y sucedáneos. Muy al contrario, disfruto con el misterio, la intriga y los giros inesperados de última hora. Esta novela de Didier van Cauwelart me subyugó así desde la primera página con la comezón del personaje dispuesto a demostrar una justicia que casi tomé como propia metido de lleno en el papel. Tal vez el éxito sea su lenguaje sencillo, diálogos oportunos y frases contundentes del tipo: “¿Cómo justificar lo evidente cuando todo el mundo lo niega y no tienes más pruebas que tu buena fe?” ó “La mañana después del amor es también una primera vez”. Pero si todo lo anterior me empujó a devorarla en una tarde (la intriga se desarrolla en poco más de 170 páginas), el desenlace me hizo pensar si tendrán razón quienes vuelven varias veces sobre el libro que les ha maravillado. Recomendable para leer de tirón, a los amantes de la intriga y a todos los demás.
Didier van Cauwelaert nació en Niza en 1960. Es uno de los autores de bestsellers más importantes de Francia. A los veintidós años publicó su primera novela, Vingt ans et des poussières, a la que siguieron Poisson d’amour (1984), Les vacances du fantôme (1986), L’Orange amère (1988), Un objet en souffrance (1991) y Cheyenne (1991). En 1994 obtuvo el prestigioso Premio Goncourt por Un aller simple (Billete de ida). En España se dio a conocer por La educación de un hada (2001) y La aparición (2002).
Por Ginés Vera.
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